12 de diciembre de 2017

Pliego nº 107


Del Desencanto al entusiasmo en la educación 2

Si como decíamos la educación se parece mucho a un camino. ¿Cuáles son la claves para hacerlo posible desde la esperanza, desde el entusiasmo y para desarrollarlo plenamente? Seguro que hay muchas más, pero para mí las que ahora desarrollaré son muy importantes. 

 

1.- La UTOPÍA. Porque la acción educativa se inscribe en un marco de esperanza.


Cada criatura y cada persona nos trae una nueva visión del mundo. Es, por tanto, una esperanza.


2.- La MEMORIA de lo que hemos construido nos permite saber de dónde venimos. Y sabemos también que todo lo que hemos vivido está recogido en el presente.


Debemos Intentar leer el pasado críticamente para diseñar el presente con más posibilidades de acierto e imaginándolo conjuntamente, así se da pleno sentido al presente. Sabemos que formamos parte de un entorno, de un espacio que humanizamos con nuestra presencia.



3.- La INCLUSIÓN. La escuela acoge todas las criaturas de una manera incondicional. La sociedad que educa tampoco debería discriminar a nadie bajo ningún concepto. Hay que vigilar, eso sí, que ninguna diferencia genere una desigualdad. Todo el mundo tiene un papel que desempeñar sintiéndose parte de un proyecto común. Debemos pensar las actividades para tratar de dar respuesta a las necesidades actuales y reales de las criaturas y de las personas.


4.- La DIVERSIDAD, una riqueza. Saber gestionarla y ponerla al servicio de todos y de cada uno es un reto. Hay que procurar que cada criatura, que cada persona se sienta acogida, escuchada y amada desde su singularidad y descubra su complementariedad con los demás.

Hay que aprender a respetar todas las personas y a acoger críticamente todas las culturas. Vivirlas de una manera enriquecedora y como una oportunidad para mejorar nuestra manera de ver y de estar en el mundo.


5.- La SINGULARIDAD. Cada criatura y cada persona es un rostro, una voz, una historia. Hay que reconocer su individualidad y dar espacio y tiempo para irla reconstruyendo y compartiendo.


La educación debe ser crítica. Hay que entender que educar significa poner límites, porque el hecho de que todo sea posible no significa que todo se pueda hacer.


6.- El DIÁLOGO es un instrumento imprescindible para construir nuestra humanidad común.

Tenemos que trabajar el hábito de conversar, dialogar, poner en común nuestros problemas para sabernos sujetos activos para su solución. Necesitamos mantener una actitud de búsqueda que trate de implicar a todo el mundo.


Sabemos que no todo puede ser dialogado, que hay conductas que no pueden ser admitidas en modo alguno, ni en ningún contexto ni en ninguna circunstancia.

Debemos tratar de educarnos para no humillar a nadie, para no hacer daño a nadie de una manera intencionada, para respetar la dignidad y la individualidad de todos.


7.- Los ERRORES. Los seres humanos nos equivocamos.


Tenemos que intentar vivir el error como una oportunidad, no como una losa que frene nuestro progreso, sino que lo estimule.



8.- El ESFUERZO. No hay progreso sin esfuerzo.

Debemos procurar dar sentido al esfuerzo que hacemos para mejorar el conocimiento que tenemos de nosotros mismos y del mundo para transformarlo, para humanizarlo aún más.


9.- El CONFLICTO es inherente a la especie humana. Tenemos que conseguir que la existencia de conflictos no nos inmovilice. Lo que nos debe preocupar es no tener elementos para gestionarlos o soluciones comunes que nos ayuden a avanzar.


10.- El EQUILIBRIO. Somos cultura y somos naturaleza, corazón y cerebro, intelecto y emociones, singularidad y colectividad. Debemos tratar de no romper estas unidades.

Necesitamos discursos bien argumentados, opiniones clarificadoras, pero sobre todo necesitamos el pequeño gesto que nos humaniza.


Debemos procurar que toda pequeña acción tenga sentido y que nos haga sentir más cerca unos de otros.


11.- AMAR. No hay que avergonzarse de conjugar el verbo amar. Sabemos que la actitud elemental para educar es establecer lazos de afecto con las criaturas y las personas que nos rodean. Por ello es imprescindible saber las escuchar atentamente y saber entender qué nos piden con el máximo grado de exactitud.


La cordialidad en el trato debe presidir las relaciones sociales. La cordialidad y la simpatía ayudan a sabernos miembros de una comunidad que trabaja para alcanzar objetivos comunes.


12.- APRENDER. El conocimiento es importante. Tenemos que intentar que el aprender sea un elemento que se prolongue a lo largo de toda la vida y que los aspectos instructivos estén inscritos en un marco referencial de valores.


Los seres humanos somos una diversidad de lenguajes. Debemos intentar cultivarlos todos y hacer descubrir su singularidad y su complementariedad.


13.- ACOMPAÑAR. Sabemos que la vida es una serie de momentos buenos y malos. Debemos tratar de compartirlos todos y no pondremos trabas a reír o a llorar juntos cuando toque.


14.- Debemos perseguir la EXCELENCIA Y LA EQUIDAD.

Debemos procurar que cada criatura y cada persona desarrolle al máximo sus competencias o capacidades y que las ponga al servicio de los demás.


15.- La REFLEXIÓN. La evaluación forma parte del proceso de enseñanza-aprendizaje. Debemos favorecer que los niños y las niñas sean conscientes de qué manera aprenden y de qué deben hacer para mejorar el proceso que los lleva a hacerse suyo el mundo como primer paso para irlo transformando. De esta manera el proceso que comienza de niños no se detendrá durante el resto de la vida.


16.- PROYECTO. Las personas, las escuelas y las sociedades son siempre un proyecto, realidades inacabadas, frágiles, tiernas, que se va construyendo poco a poco con esfuerzo individual y colectivo. Todos estamos llamados a hacer nuestra aportación a un proyecto, educar y educarnos, que es de todos desde siempre y que si miramos su esencia mantiene todavía la ilusión el primer día.

Mercè Sáiz
Barcelona (España)


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