12 de julio de 2023

Pliego nº 174

 
La crisis, una oportunidad para crecer

El 9 de octubre del año pasado fui internado en el hospital por una grave neumonía por neumococo y una sepsis - la sepsis o septicemia es una afección médica grave, causada por una respuesta inmunitaria fulminante a una infección. El cuerpo libera sustancias químicas inmunitarias en la sangre para combatir la infección -. 

En la UCI no podía hacer otra cosa más que pensar y, de vez en cuando, leer alguna revista, cuando el dolor me lo permitía. 

Al salir de tan dura situación caí en una profunda depresión con ataques de ansiedad. Me sometí a varias terapias y empecé a tomar ansiolíticos y antidepresivos. 

Yendo por el camino de la sanación, la tiroides me empezó a dar problemas y empecé con episodios de ansiedad nuevamente, cansancio, entre otros síntomas. 

Volví al trabajo y unos cuantos meses después me despidieron, a mí y a mis compañeros. Atravesé un momento duro en la pareja, dándola por terminada. 

 
No fue empresa fácil pasar por una época tan difícil. El apoyo incondicional de la familia y amigos fue imprescindible. Sin embargo, es uno mismo quien pasa por las dificultades, quien se enferma y quien palpa ese límite humano. Al fin y al cabo, parte de nosotros el saber dejarse cuidar y cuidarse. El “cómo” afrontamos la vida, “cómo" miramos las adversidades o nos hunde o nos ofrece una oportunidad de crecimiento. 

Esa fortaleza que se demuestra ante las duras pruebas determina si evolucionamos o nos vamos quedando atrás. Yo opté por aprender de lo vivido. No quiere decir que eso me quite el dolor o la enfermedad, pero sí me da otra fuerza interior para superarlos. A eso le llaman resiliencia: en psicología es la capacidad que tiene una persona para superar circunstancias traumáticas. 

Pero el ser resiliente no significa aguantar, soportar y ser fuerte hasta que el cuerpo aguante y un día explote. Más bien, es ser una persona que aprende de lo vivido y opta por tener una mirada positiva ante lo adverso. 

Me considero pues una persona resiliente, sumamente afortunada por contar con tanto apoyo y amor, que siempre intenta mirar en las crisis una oportunidad para mejorar, crecer, madurar y seguir aprendiendo. 

Ahora bien, no fue un desafío que enfrenté yo solo, pues de las crisis no se sale sólo, hay una dimensión social, como dijo el Papa Francisco: “De la crisis no se sale solo, se sale arriesgando y tomando la mano del otro. Si no lo hacés, no podés salir. Entonces, ahí está lo social de la crisis”. 

Gracias a todos mis amigos y familia que me tendieron la mano. Sin ellos, no habría habido resiliencia alguna que bastara para sentirme transformado y feliz. 

Emmanuel de María

Atisbo

 

 
Imagen acompañada de un escrito o pensamiento de Dolores Bigourdan (Canarias 1903 - Barcelona 1989) con el fin de ofrecer un espacio de reflexión.

 

En Clave de 'Ser' - El Reino de Dios


En Clave de Ser, un montaje radial, elaborado por el equipo del Espacio Dolores Bigourdan, para ayudar a la meditación y la reflexión.