Las Nuevas Creencias
Una definición
bastante generalizada y aceptada del significado de la palabra 'hombre', es que es considerado como un ser libre,
inteligente y capaz de amar; si además añadimos que es un ser social, es decir,
se desarrolla y crece relacionándose con su entorno, o dicho en palabras más
actuales, que está dentro de una red de nodos que interactúa de manera
constante, podemos visualizar algunas de las claves que son el motor del individuo.
El devenir de la
persona, y el posible desarrollo del potencial del ser, surge del actuar y de cómo
asumir la respuesta que se genera como efecto boomerang. Con ello, la persona
se va desarrollando y descubriendo que es aquello que lo mueve, y adquiriendo el
conocimiento de cómo vive desde su propio interior, a pesar de que a menudo no
es capaz de tomar conciencia de las acciones realizadas.
Por otro lado,
podemos entender la creencia como un juicio de valor, idea o generalización
mental no lógica ni razonada que se percibe como realidad y que puede haber
sido instalada por la experiencia de alguna vivencia o por aprendizaje, no
siempre con conciencia de haberse adquirido. Dicen los entendidos que las
creencias más importantes son las convicciones y los prejuicios.
Si estos
antecedentes los conglomeramos con el entorno en el que vivimos, donde una de
las claves que lo define es el constante cambio, empezando por una evolución
exponencial de la tecnología, así como también de las nuevas relaciones que se
están generando entre personas y grupos, obtenemos un entorno de desarrollo para
el ser, complejo. En este mundo complejo se está produciendo una rotura entre
la evolución del mundo tecnológico, y el crecimiento de las personas dentro de
este nuevo paradigma, generando ciertas tensiones expresadas de muy diferentes
modos en distintos ámbitos de las sociedades.
Frente a este
nuevo escenario, se están produciendo nuevas maneras de responder, y por lo
tanto se generan nuevas creencias que orientan las acciones de las personas.
Hemos entrado en la época donde el ocio, la comunicación “expres”, el
crecimiento personal, las redes personales, adquieren una mayor relevancia frente
a otros aspectos, que van quedando en un segundo término.
También se están
utilizando nuevos lenguajes, como expresión de aquello que acontece. Lenguajes
apoyados en la vivencia emocional de las personas, y como, desde esa
emocionalidad se realiza una narrativa de la realidad distinta.
No siempre, en estas
realidades complejas, las personas pueden encontrar entornos que faciliten el
desarrollo del potencial interior que tiene cada individuo, respetando su libertad.
Por ello a menudo, las personas deberán emigrar, como hacen los pueblos nómadas,
hacía lugares, espacios o entornos, donde sea posible el crecimiento y
reivindicación de cada ser. Esto nos permitirá responder a nuestras inquietudes
más hondas, y este sí que es un cambio de creencias que se ha generado en los
últimos años, y ha venido para quedarse.
La
superficialidad, es un elemento que aleja al ser, cada vez más de poder llegar
a tomar conciencia de sus creencias, por lo que se deja en manos del entorno el
modelaje de las mismas. Elementos como el silencio, la reflexión y el diálogo,
pueden dar claves de profundidad, para tomar conciencia, desde la revisión de
lo que es la persona, de sus creencias, y por lo tanto, de cual es el motor al actuar.
El tiempo ayuda a aposentar las experiencias, y es capaz de dejar el poso
suficientemente arraigado para se convierta en creencia, y sea rumbo de nuestro
actuar.
Ignasi Batlle
Barcelona
No hay comentarios:
Publicar un comentario