12 de septiembre de 2013

El don de la unidad en lo esencial: la experiencia del ecumenismo


Gracias a nuestra amiga Anna que me invitó a escribir nuestras "vivencias ecuménicas", he buscado por primera vez la etimología de la palabra Ecumenismo: viene del griego y significa que pertenece a toda la tierra habitada... ¿Y qué puede pertenecerle a toda la tierra habitada?

Somos una familia colombo-suiza que ha sido bendecida en la experiencia de vivir en otros lugares, otras culturas, otras costumbres. Y fuimos abundantemente bendecidos al encontrar la Comunidad Monástica Ecuménica de Taizé. Nací en un hogar católico en el  que "obras son amores y no buenas razones", "por sus frutos los conoceréis" es decir la Fé se vive, no se predica.. y esta vivencia me preparó para reconocer en "otros diferentes a mi" frutos de bien. Durante mi infancia y primera juventud mis experiencias "de los otros" fueron  muy pocas pues los más cercanos, primos y vecinos, teníamos las mismas prácticas religiosas y culturales y pasando el tiempo los encuentros se ampliaron enriqueciendo mi  experiencia de la diversidad, diversidad religiosa, social, cultural...

Reconocer la diferencia y valorarla es un gran don y  el gran regalo de Taizé fué vivenciar la unidad en la diversidad... ¿Qué puede darnos la Unidad en la diversidad?

Para responder a esta pregunta, un monje de Taizé nos dibujó una rueda de carreta en dónde las rectas que se dirigen hacia el centro representan las religiones y después de observar, concluyó: las maderas rectas que se dirigen hacia el centro no son las importantes, la importancia está en el centro, en lo escencial y a medida que cada recta está más cerca del centro ustedes pueden ver que la distancia entre una y otra recta disminuye!! Cuánto más cerca estamos de lo escencial, las diferencias entre nosotros disminuyen. Y así entonces podíamos reunirnos 4.000 o 5.000 personas de diferentes confesiones Cristianas en la Iglesia de la Reconciliación de Taizé y orar cantando a Nuestro Dios... Y a veces tal vez será la Gran Nostalgia de Unidad la que nos lleve a reunirnos con todos aquellos que no caminan con Cristo y también dan buenos frutos, porque tal vez esta búsqueda de Unidad le pertenece a toda la tierra habitada.

Y hoy el papa Francisco anima a toda la tierra habitada a continuar en esta búsqueda. En la audiencia del miércoles 4 de septiembre el papa invitó al mundo entero a unirse en una jornada de oración y ayuno  que se realizó el pasado sábado 7 de septiembre para pedir por la Paz:

"Invito
a toda la Iglesia
a otros hermanos cristianos
a los hermanos de otras religiones
y a los hombres y mujeres de buena voluntad
que quieran unirse en los lugares y en el modo propio
a este momento de oración por la Paz en Siria y en el mundo entero.
La Paz comienza en el corazón".

Que así sea.

María Rosario Henao
Bogotá (Colombia)


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