Rigoberta, Rosalina, … la mujer maya de los
siglos XX y XXI
Este escrito aborda brevemente a dos mujeres, sin
embargo,
es reflejo de muchas mujeres indígenas que en Guatemala
-y en toda
Amerindia- han florecido aun en las circunstancias más adversas.
La configuración de su ser está impregnada del
linaje maya-k’iche’, la espiritualidad maya y los valores cristianos. Nacida
Guatemala en 1959 en la comunidad indígena de Uspantán en Quiché, Rigoberta
Menchú Tum tiene como primer entorno un ambiente que, aunque pobre, es
solidario; se trabaja por las necesidades de la comunidad la cual participa en
la educación de los niños, enseñándoles de manera especial el respeto por la
naturaleza. Su padre Vicente Menchú y su madre Juana Tum eran líderes de la
comunidad. Desde niña tuvo una participación activa religiosa en la pastoral en
su comunidad, y así, la espiritualidad maya se conjuga con la fe católica. Más
adelante en su vida, tanto la
Biblia como el Popol Vuh (“El Libro del Consejo” del Pueblo
K’iche´) serán de gran importancia.
El momento histórico que le tocó vivir a la
familia Menchú Tum coincide con una situación social injusta para los indígenas,
manifestada entre otras situaciones por el despojo de tierras, la
discriminación, el racismo. Esto motiva
a Rigoberta a participar en colectivos sociales y a aprender castellano para ampliar
su ámbito de comunicación. También impacta su vida el conflicto armado interno
(1961-1996) en que tantos guatemaltecos, indígenas y campesinos en su gran
mayoría, experimentaron en carne propia el arrasamiento de sus aldeas, la
persecución, el desaparecimiento, el secuestro, el asesinato, el estar entre
dos fuegos. Consecuencia de esta violencia, en distintos sucesos, murieron el
padre, la madre y un hermano de Rigoberta.
Su actuar para reivindicar a los pueblos
indígenas y campesinos provocaron su persecución política y exilio, pero
también la oportunidad en 1982 de convertirse en la primera mujer indígena en
participar en la formación del Grupo de Trabajo sobre poblaciones Indígenas en la ONU. Asimismo , en 1992, le fue
concedido el premio Nobel de la
Paz por su trabajo en favor de la justicia social y la
reconciliación étnico-cultural basada en el respeto de los derechos de los
indígenas.1
El estudio de la Biblia le ha acompañado e
iluminado. Como relata en el libro “Me llamo Rigoberta Menchú y así me nació laconciencia”2 identifica la
realidad de la Biblia
con su realidad, que no es solamente para hablar y rezar, sino para integrar en
su realidad. Así como Moisés trató de liberar al pueblo de la opresión, así
ahora ellos (los dirigentes indígenas) son otros “Moiseses” para su pueblo. Como cristiana ella ve en
la vida de Cristo un ejemplo a seguir.
De esta cuenta, Rigoberta con respecto a su trabajo como catequista se
define como “una catequista que sabe caminar sobre la tierra y no una
catequista que piensa en el reino de Dios sólo para después de la muerte.”
La cultura maya k’iche’ también se ve
reflejada en su trayectoria. Las enseñanzas de su madre para ser una mujer
indígena digna, el estudio de libros mayas como el Popol Vuj y el Chilam Balam
han tenido influencia en el respeto a la naturaleza y una visión femenina del
mundo. Al respecto, Gloria Caudillo comenta cómo Rigoberta tiene expresiones
como “la milpa de la esperanza”, “la Madre
Tierra ”, “la Madre
Naturaleza ”, que se asocian a la fertilidad, la maternidad, la
feminidad; de igual forma, se plantea a sí misma “como mediadora entre un mundo
y otro y con la reivindicación consciente que hace de la mujer para lograr el
equilibrio social.”3
La historia de Rigoberta es la de miles de
familias indígenas y campesinas que fueron despojadas de la figura paterna.
Otro ejemplo es del de Rosalina Tuyuc, quien este año ha sido galardonada con
el Premio Niwano para la Paz. La
Fundación Niwano reconoce en Rosalina el gran potencial y sabiduría de los
pueblos indígenas para definir caminos hacia la paz; asimismo, destaca su
participación como mujer indígena, que con la fortaleza de sus creencias
espirituales y valores culturales, es una líder y activista valiente en la
reivindicación de los derechos humanos.
Rosalina, de linaje maya- kaqchikel, nació en 1956
en San Juan Comalapa, Chimaltenango, en una familia pobre, agricultora, de
profunda espiritualidad maya. Por consecuencia del conflicto armado interno,
perdió a su padre en 1982 y a su esposo en 1985. En 1988 junto a otras mujeres,
fundó la Coordinadora
Nacional de Viudas de Guatemala con el objetivo de denunciar
la política de represión que provocó el asesinato y la desaparición de sus
esposos, hijos, hijas y otros familiares; también promovió la solidaridad de
las mujeres viudas para aliviar necesidades básicas de madres e hijos en
condiciones de orfandad.4
Han sido las mujeres indígenas –reconocidas o
anónimas– quienes en muchos casos en el siglo pasado y éste siglo han
reconstruido los núcleos familiares y sus
comunidades. Han optado por buscar justicia y hacer valer los derechos
de los indígenas y campesinos. Son sembradoras de semilla de paz que con
esperanza anhelan ver florecer.
Patricia Castillo
(Guatemala)
1- Algunas
designaciones a Rigoberta Menchú
Presidenta de la Fundación Rigoberta
Menchú Tum que busca apoyar el logro de la paz
Embajadora de Buena
Voluntad de la UNESCO
Premio de la UNESCO "Educación para
la Paz ",
1990Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional 1998Candidata a la Presidencia
de Guatemala en 2007 y 2011
2 – Elisabeth
Burgos-Debray, Rigoberta Menchú, “Me
llamo Rigoberta Menchú y así me nació la conciencia”, Argos Vergara, 1983
3 - Gloria Alicia
Caudillo Félix, “Aproximación al discurso de Rigoberta Menchú” Revista Espiral
#013, Universidad de Guadalajara, 1998. La autora hace un análisis del artículo
de Rigoberta Menchú “Nuestra América 500 años” 20 de abril 1992.
4 – Algunas designaciones
a Rosalina Tuyuc
Diputada al Congreso
de Guatemala 1996 al 2000.
Dirigió el Programa
Nacional de Resarcimiento.
Ha recibido varios
premios internacionales en reconocimiento a su labor a favor de la paz
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