Vectores de la Nueva Evangelización
El 6 de enero de 2001, iniciando el nuevo milenio y después de terminar el Jubileo del año 2000, el papa Juan Pablo II sorprendió con una Carta Apostólica invitando a todos los católicos a una singladura: a «remar mar adentro» (Lc 5,4). Con gran entusiasmo proclamaba la necesidad de una Nueva Evangelización. Sus palabras dichas con ardor recordaban la decisión que Juan XXIII tuvo cuarenta años antes en convocar el Concilio Vaticano II, diciendo que se debían “abrir las ventanas” de la Iglesia para que el Espíritu Santo la renovara.
Asumiendo las palabras de Pablo VI, propuso la tarea de la “civilización del amor” y de la renovación de la misma Iglesia atendiendo la Palabra que predica. Una “civilización del amor” que atiende la dignidad de toda persona humana, la solidaridad entre todos los pueblos de la tierra, la igualdad de toda vida humana y la fraternidad universal.
El equipo del Espacio Dolores Bigourdan deseamos subir a la “Barca de Pedro” con la esperanza que nuevos vientos nos lleven en este viaje. Estas ráfagas de viento son las que hemos venido a llamar “Vectores de Nueva Evangelización”. Estos vectores son los que, a lo largo de un tiempo, iremos anunciando y proclamando en este pliego mensual.
Recordamos la frase de Jesús: “A vino nuevo, odres nuevos” y por ello creemos, ante el cambio socio-cultural y religioso que se está dando en el mundo, debemos descubrir cuales son los impulsos del Espíritu que nos conduzcan a buen puerto, el cual es el Reino de Dios, que Jesucristo nos invita a comenzar a vivirlo ya aquí en la tierra.
Dice el texto evangélico que Pedro y los primeros compañeros confiaron en la palabra de Cristo entraron mar adentro y echaron las redes. «Y habiéndolo hecho, recogieron una cantidad enorme de peces» (Lc 5,6).
También nosotros, miembros de la Iglesia, deseamos aportar nuestro grano de arena en la construcción del Reino. Y te invitamos a que nos acompañes impulsados por el soplo del Espíritu.
José Luis Socias
España
El 6 de enero de 2001, iniciando el nuevo milenio y después de terminar el Jubileo del año 2000, el papa Juan Pablo II sorprendió con una Carta Apostólica invitando a todos los católicos a una singladura: a «remar mar adentro» (Lc 5,4). Con gran entusiasmo proclamaba la necesidad de una Nueva Evangelización. Sus palabras dichas con ardor recordaban la decisión que Juan XXIII tuvo cuarenta años antes en convocar el Concilio Vaticano II, diciendo que se debían “abrir las ventanas” de la Iglesia para que el Espíritu Santo la renovara.
Asumiendo las palabras de Pablo VI, propuso la tarea de la “civilización del amor” y de la renovación de la misma Iglesia atendiendo la Palabra que predica. Una “civilización del amor” que atiende la dignidad de toda persona humana, la solidaridad entre todos los pueblos de la tierra, la igualdad de toda vida humana y la fraternidad universal.
El equipo del Espacio Dolores Bigourdan deseamos subir a la “Barca de Pedro” con la esperanza que nuevos vientos nos lleven en este viaje. Estas ráfagas de viento son las que hemos venido a llamar “Vectores de Nueva Evangelización”. Estos vectores son los que, a lo largo de un tiempo, iremos anunciando y proclamando en este pliego mensual.
Recordamos la frase de Jesús: “A vino nuevo, odres nuevos” y por ello creemos, ante el cambio socio-cultural y religioso que se está dando en el mundo, debemos descubrir cuales son los impulsos del Espíritu que nos conduzcan a buen puerto, el cual es el Reino de Dios, que Jesucristo nos invita a comenzar a vivirlo ya aquí en la tierra.
Dice el texto evangélico que Pedro y los primeros compañeros confiaron en la palabra de Cristo entraron mar adentro y echaron las redes. «Y habiéndolo hecho, recogieron una cantidad enorme de peces» (Lc 5,6).
También nosotros, miembros de la Iglesia, deseamos aportar nuestro grano de arena en la construcción del Reino. Y te invitamos a que nos acompañes impulsados por el soplo del Espíritu.
José Luis Socias
España