12 de septiembre de 2022

Pliego nº 164

El luto y la cirugía bariátrica 

Nadie me dijo nunca que un día me haría paciente de por vida. Claro, ¿quién te va a decir que las cirugías bariátricas te desnutren de por vida por que sigas las indicaciones médicas y que tarde o temprano enfermarás a causa de sus secuelas? Nadie. Vivimos en un mundo donde la gordofobia nos enseña a que no deberíamos existir en cuerpos gordos y que la gordura es sinónimo de tener un tumor grande y supurante que se tiene que eliminar estés enferma o no. Y así es como en el 2009 le dije sí a una Manga Gástrica o Sleeve que se me ofreció como un regalo: finalmente voy a adelgazar “por salud,” me dije, aunque en realidad, yo tenía una salud envidiable y la vitalidad de un delfín. 

No les voy a mentir, vivir en el privilegio de la delgadez, porque eso es, un privilegio, ha sido un gran descanso ante la sociedad y sobre todo ante los doctores que ya no me recetan la pérdida de peso hasta para curar el dolor de una muela. Pero, los comentarios y opiniones de la gente sobre mi cuerpo nunca cesaron. Parece que haber adelgazado le da a la gente potestad para comentarte siempre sobre tu cuerpo y creanme que el peso de vivir con esos microscopios encima, no es nada fácil. Lo que si nunca volvió a pasar es que la gente se preocupara “por mi salud,” aunque en los últimos cuatro años he estado más enferma que nunca. Aquellos preocupados por mi salud cuando estaba gorda, ya no se preocupan por ella ahora que encajo en el tamaño “aceptable” y me veo “regia.” 

 
Dentro de este camino de vivir con esta cirugía y sus muchas secuelas irreparables, se tuvo que hacer una reconstrucción masiva de mi sistema digestivo en el 2019 y me hicieron un Bypass Gástrico como parte del intento de recuperar mi digestión.. Las cirugías las tolero, los padecimientos también, pero para lo que nunca me preparé fue para entender que todas estas secuelas son de por vida, aca seré una paciente de por vida. ¿Como una mujer vital, que respetaba su cuerpo y hasta escribía al respecto, llega a perder su salud por una intervención que se suponía la iba a hacer saludable? El trabajo mental que me ha tocado hacer en estos años ha sido feroz y el luto, constante. 

El primero de estos lutos fue el darme cuenta que la delgadez no es sinónimo de buena salud. ¿Qué? Sí, eso. El día en que entendí que un cuerpo gordo puede ser un cuerpo sano y que uno delgado no es necesariamente saludable, se me rompió el corazón. Como si se hubiera muerto alguien. Ese día perdí la mentira en la que vivía de que por más que estaba sufriendo secuelas, al menos era más saludable que la Mariana gorda. La pérdida de esa fantasía me devastó el alma. Las personas gordas somos bombardeadas con el mensaje de que sólo la delgadez nos dará salud, aun cuando somos completamente sanos y el entender que no es así, me llevó a la siguiente y dolorosa pregunta: ¿para qué entonces me hice una Manga Gastrica si yo era saludable? 

El mundo me daba vueltas y yo sentía que caía en el más hondo de los precipicios. Soy una mujer que siempre se levanta. Que se identifica con la resiliencia, el amor a la vida, la fiesta y la alegría. Me he equivocado mil veces en la vida y me jacto de nunca arrepentirme por más tontería que haya hecho. ¿Pero esta? ¿Esta que me está quitando la salud y que afecta a mi pareja y a todas las personas que amo? ¿Esta decisión que me ha salido millonaria a largo plazo y que si no fuera por mi gente querida no podría mantenerme? Esta es la decisión más terrible de mi vida. La única decisión que tomé con ignorancia a causa de la gordofobia que promueven la cultura de las dietas disfrazadas de “bienestar”y desafortunadamente, muchos doctores. ¿Cómo hago para recuperarme de ese dolor? No solo mi ego de mujer inteligente que tengo salió herido, sino también mi poderoso y querido cuerpo. ¿Cómo me sobrepongo de esta gran pérdida de mi salud? ¿De lo que creía correcto e íntegro? ¿Cómo me perdono por este gran error? 

Poco a poco y gracias a la terapia; al proceso de la Alimentación Intuitiva en el que he estado con una nutricionista y reitero, a la terapia; voy encontrando alivio a mi dolor. A mi gran perdida de vida. La salud. Pero donde mi herida más encuentra reposo, es en la comunidad de Instagram que se ha creado alrededor de mi activismo de respeto corporal y concientización bariátrica. No solo fueron los testimonios de otras personas los que me ayudaron a buscar doctores y profesionales de la salud para poder curar o aliviar mis secuelas, si no que fue mi motivación para escribir el primer testimonio en el mundo sobre cirugía bariátrica. Un panfleto de secuelas, consejos y advertencias sobre estos procedimientos, pero también dio voz a otros diez testimonios de pacientes bariátricos en España y alrededor del mundo. Cuando entiendo que era a mí a quien le tocaba vivir esto para poderlo convertir en material de apoyo e información para otras personas, encuentro sentido a la mutilación de un órgano sano que hice. Encuentro perdón y muchas veces alivio. Mi dolor se aplaca y recuerdo el plan mayor de mi vida: comunicar y compartir. Vivir en comunión. 

Mariana den Hollander 

IG: @marianadenhollander_libros
marianadenhollanderbooks@gmail.com 

 

Atisbo

Imagen acompañada de un escrito o pensamiento de Dolores Bigourdan (Canarias 1903 - Barcelona 1989) con el fin de ofrecer un espacio de reflexión. 

 

En Clave de 'Ser' - Democracia y Libertad

 

 

En Clave de Ser, un montaje radial, elaborado por el equipo del Espacio Dolores Bigourdan, para ayudar a la meditación y la reflexión.