12 de marzo de 2012

Pliego nº 38


Rescatar el medio mundo que forman las mujeres

Vivo en una zona rural de Colombia y quisiera que este escrito, realizado por un hombre, fuera un sentido homenaje a las mujeres, pero en especial a las mujeres campesinas.

Escena 1: Al darse inicio en la eucaristía de nuestra vereda, que se celebra todos los primeros domingos de mes, el sacerdote comenzó pidiendo por las mujeres, especialmente en su mes, especialmente en la celebración del Día Internacional de la Mujer, especialmente por el día a día que es de la mujer y para ello pidió un caluroso y efusivo aplauso.

Escena 2: En la película The Help, (Criadas y Señoras), del director Tate Taylor, hay una escena conmovedora y es cuando Aibileen (Viola Davis), ingresa en el templo un domingo para el oficio y es recibida con una cascada de aplausos, el pastor la hace subir hasta el altar para que sea reconocida por toda la comunidad. Reconocimiento por su valentía, que no es otra cosa que hablar de sus experiencias, de su día a día, de sus vivencias como mujer negra al servicio de los blancos.

Un sencillo gesto como el aplauso para reconocer el trabajo, el esfuerzo, la dedicación, la abnegación del día a día de alguien tan importante como las mujeres. Sí, un reconocimiento puntual y a veces efímero, pero no por ello menos importante.

La chilena y ex presidente de Chile, Michelle Bachelet, Directora Ejecutiva de ONU Mujeres, indicaba en su saludo el pasado 8 de marzo, "En este Día Internacional de la Mujer, me uno a las mujeres del mundo en solidaridad por los derechos humanos, la dignidad y la igualdad, un sentimiento que compartimos millones de personas y que nos lleva a luchar por la justicia y la inclusión. En este primer aniversario de ONU Mujeres, saludo a todas las personas, gobiernos y organizaciones que trabajan a favor del empoderamiento de la mujer y de la igualdad de género. Sepan ustedes que trabajamos con el mayor compromiso de cara al futuro"

En este sentido Ban-Ki Moon, Secretario General de la ONU, señalaba que "Pese a este impulso, falta mucho para que pueda decirse que las mujeres y las niñas gozan de los derechos fundamentales, la libertad y la dignidad que son su derecho de nacimiento y que garantizarán su bienestar. Esto es más evidente en las zonas rurales del mundo. Las mujeres y niñas de estas zonas, a quienes está dedicado este Día Internacional de la Mujer, componen la cuarta parte de la población del mundo, pero suelen ocupar los puestos más bajos en todos los indicadores económicos, sociales y culturales, desde los ingresos y la educación hasta la salud y la participación en la toma de decisiones..."

Las sociedades rurales siguen siendo unas sociedades ancladas en el pasado, es decir, patriarcales y sobre todo machistas. Hemos de hacer una reflexión serena entre todos. Una reflexión donde reconozcamos que mujeres y hombres somos iguales en derechos, pero también en dignidades y que ambos somos plenamente humanos, a veces se nos olvida eso. Hace falta una reflexión y una acción donde edifiquemos lo común, pero también reconociendo lo que tenemos de diferente.

La Iglesia trabaja por la Evangelización, a veces llamada también Nueva Evangelización. Pero si queremos construir la Nueva Evangelización partiendo del hecho de que la mitad de la humanidad está esclavizada tan injustamente, tan milenariamente, sobre esa situación es inútil hacer nuevas evangelizaciones. Mientras no tengamos una base firme de partida, que es la liberación total de media humanidad -que son las mujeres- no habrá punto de partida. Hay que empezar por aquí, creando un buen cimiento y en este caso el cimiento de la nueva evangelización es liberar a las mujeres de la esclavitud a la que están sometidas desde hace milenios, menospreciadas, minusvaloradas, sometidas, manipuladas, obligadas.

Pensemos en lo siguiente: en los primeros días de desarrollo todo feto va para mujer. El cromosoma ‘Y’, antes de desviar hacia el camino masculino, realiza una involución en el camino femenino recorrido, es decir, retrocede. Como consecuencia, al que va para hombre le quedan rasgos de haber iniciado el camino hacia mujer. Así pues la mujer es un prototipo con un plus profundo sobre el hombre que es el de la caseidad* y su corazón maternal y eso se manifiesta en todas sus actuaciones, sean niñas, viejas, solteras, casadas, enfermas, sanas, célibes por el Reino de Dios. Una mujer siempre es CASA y amor maternal para todo el mundo. Y si resulta que la mujer es prototipo y nosotros los hombre nos creíamos que éramos los reyes del universo sentados el nuestro trono de semidioses, hemos quedado destronados, y por otra parte no tenemos muy claro nuestro plus; pasamos como hombre por una época de perplejidad.

Y si es así, podríamos pensar: ¿por qué Cristo se hizo hombre y no se hizo mujer? Sencillamente porque se hizo servidor. La esencia del hombre es ser servidor heroico, dar la vida si es necesario para defender a las mujeres, defender a los hijos con las mujeres. Y en ese carisma nuestro de varón, no es sólo defender, se extiende a defender a todo ser que necesite ayuda, que sea inválido de alguna manera, como pueden ser los enfermos, los encarcelados, los prisioneros, los despreciados, los marginados. Es de nuestro carisma ser heroicos. Y sacrificados. O sea que la dignidad del varón es hacerse servidor y sacrificado heroicamente; la dignidad es ser heroico en el sacrificio necesario al servicio de la otra media Humanidad que son las mujeres.

Cristo no solamente escoge ser hombre para ser la parte más sacrificada de la humanidad, nos da ejemplo de heroicidad y muere en cruz por amor y por servicio. Nosotros tenemos a Cristo como ejemplo de ser hombre, ser servidores y ser heroicos. Aquí hay que pensar cómo se desenfocan entonces esas feministas que, no dándose cuenta de su gran dignidad, y siendo mujeres y aprovechándose de ser mujeres para vivir esa dignidad máxima que les corresponde en este orden, querrían ser como hombres.

Urge pues, como afirma Juan Miguel González-Feria en su propuesta de ‘Líneas de futuro de la sociedad’, que el varón recomponga su identidad. “Ésta, sólo podrá rehacerla a partir del realismo, a partir de la cordial aceptación de la arquetipez de la mujer. Es hora de que os varones aceptemos con decisión y con alegría, el plus propio de lo masculino. El pertenecer a la media humanidad que puede llamarse ‘frustrada’ a favor del conjunto” Por tanto, el papel de custodios y de soportes de la mujer en la maternidad. Es una tarea no menos importante que la femenina y que posee su propia especificidad. Hay que vivirlo sin complejos y sin prepotencias.

Y para terminar, no deberíamos de cansarnos de dar gracias cada día, por el aporte de las mujeres al mundo en general, para que este sea un poco mejor y más humano. Por eso a todas las maestras, amigas, mujeres, compañeras, madres, tías, abuelas, etc., feliz día de la mujer trabajadora.

*caseidad: esencia o plus de la mujer porque ella es casa; todo lo que hace, toda su prolongación, todo es la caseidad: es la prolongación de la mujer, es su marco, es todo lo que la rodea. Una mujer es casa, no puede dejar de ser casa en ninguna circunstancia, esté como esté y donde esté, y con el estado jurídico que tenga.

Mauricio Chinchilla
Barichara (Colombia)


Atisbos


Imagen con un escrito o pensamiento de Dolores Bigourdan (Canarias 1903 - Barcelona 1989) con el fin de ofrecer un espacio de reflexión.